Desde su fundación, en 1813, la Biblioteca Nacional ha ocupado cinco dependencias distintas, la mayoría de ellas no concebidas para ese fin. El primer local, asignado al fragor de los primeros años de independencia, estuvo en la Universidad de San Felipe, en la manzana donde actualmente se encuentra el Teatro Municipal. Diez años más tarde, se trasladó al edificio de la antigua Aduana, situado entre las calles Banderas y Compañía. En 1835 la incipiente colección se trasladó a un edificio entre las calles Bandera y Catedral, para llegar, cincuenta años después, al Palacio del Consulado, donde tuvo lugar el Cabildo Abierto que inició el proceso de la Independencia.

Recién en 1913, y siendo director Carlos Silva Cruz, se puso la primera piedra de su residencia definitiva, proyectada por el arquitecto Gustavo García del Postigo, en el marco de las celebraciones del centenario de la institución.

De eso han pasado ya más de cien años y, ante el constante incremento de sus colecciones físicas y las nuevas formas de habitarla que han propiciado las nuevas tecnologías de la información, el uso de espacios del edificio que cobija a la Biblioteca actualmente --declarado Monumento Nacional en 1976-- debe ser revisado y actualizado. Es con este motivo que hace dos años la Biblioteca desarrolla, junto al Observatorio de Ciudades de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica, un Plan Maestro que analiza distintos escenarios de crecimiento, cuyo foco principal es el carácter dual del edificio, en tanto espacio público e institución de custodia de bienes patrimoniales.

Este Plan, proyectado sobre la base de tres ejes: procesos, infraestructura y servicios, tiene como uno de sus objetivos generar las bases técnicas para un concurso público de proyección del edificio patrimonial de la Biblioteca. De acuerdo a la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Tironi, este concurso apuntará a "fortalecer el vínculo con la comunidad y proyectar el edificio para los próximos 200 años como un espacio privilegiado del centro de Santiago, que otorgue servicios diferenciados a los ciudadanos y que permita la adecuada conservación de todas las colecciones que resguarda".

Biblioteca, ciudad y sociedad

El libro Biblioteca, ciudad y sociedad se presentará este martes 16 de diciembre a las 19 horas en la Sala Ercilla de la Biblioteca Nacional, en una mesa redonda en la que participarán Fernando Pérez, arquitecto de la Universidad Católica y editor del libro; Claudia Silva, directora Nacional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas; Sebastián Gray, presidente del Colegio de Arquitectos de Chile; y Miguel Saavedra, director de Obras de la Municipalidad de Santiago.

Además de ahondar en el plan de desarrollo y en la arquitectura de la Biblioteca --en el artículo de Ana Tironi y Roberto Aguirre y en "El edificio de la Biblioteca Nacional patrimonial: un horizonte de desarrollo sustentable para una pieza patrimonial" de Fernando Pérez, respectivamente--, el volumen entrega una panorámica de los vínculos que su dependencia actual ha tramado con la vida cultural de Santiago ("El edificio de la Biblioteca Nacional en la modernización de Santiago de Chile: la gran ciudad, las bellas artes, la técnica y la arquitectura", de Horacio Torrent Schneider).

La relación con el espacio público también es abordada en el artículo "Biblioteca, ciudad, información", de la arquitecta Pilar Pinchart, y en el del académico de la Universidad de Liverpool, Nicholas Ray, que analiza los casos de otras bibliotecas nacionales --Inglaterra y Francia--.

Finalmente, el lector encontrará una "Cronología del proceso constructivo 1913 - 1998", profusamente ilustrada, de autoría del arquitecto, fotógrafo y artista visual Marcelo Grez.